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Sobre si nuestra energía psíquica (o sea, nosotros) vivimos diferentes existencias, a lo largo del tiempo, con diferentes cuerpos físico (nuestro medio de transporte en el mundo de tres dimensiones), se han escrito ríos de tinta. A pesar de que, en ocasiones, se ha podido demostrar la veracidad de los recuerdos de algunas personas, sigue siendo un tema científicamente proscrito. También es verdad que las fantasías de muchos, mezcladas con el ansia de ser grandes o admirados, tratan de elevar la locura al pedestal de la verdad. Esta página está dedicada a todos los que viven en el mundo de los sueños experiencias de otros tiempos o mantienen en su cerebro algún resquicio de vivencias que no ocurrieron en su vida actual.
Todos los pueblos del pasado, todas las culturas (incluido el cristianismo de antes del concilio de Nicea en el siglo IV) admitían que el alma podía volver a la tierra envuelta en cuerpos distintos. Dicho de otra forma: que nacíamos más de una vez.
Para que cualquiera pueda acercarse a este interesante tema con objetividad hace falta que:
1.- Este libre de prejuicios y con su mente flexible.
2.- Tenga sentido del humor... es decir, que no sea propensa a obsesionarse con nada. Si cumples estos requisitos, sigue. Si no, mejor que leas una novela.
Si admitimos la posibilidad de que podamos haber vivido otras vidas, tendremos que estar de acuerdo en dos puntos:
A) Que nuestro cerebro actual no tiene porque guardar recuerdo alguno puesto que nació con el resto del cuerpo.
B) Que esas otras vidas no deben haber sido muy diferentes, en su esencia, de la que tenemos ahora... porque el/la protagonista es la misma. O sea, que cambiando de coche el conductor no tiene porque variar sus tendencias psicológicas fundamentales.
Cuando hablamos con personas obsesionadas con el esoterismo nos encontramos reencarnaciones de faraones, sacerdotisas, apóstoles, jesucristos, dioses, sabios, filósofos... como si en tiempos pasados no hubiera habido campesinos, zapateros, madres dedicadas a sus hijos, putas o ladrones. Los seres humanos queremos siempre ser grandes, a través de nuestro trabajo o simplemente inventando historias.
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